La parte más difícil de empezar algo nuevo es siempre el comienzo. Ya sea en lo personal o laboral siempre el primer mes de cambios y adaptación nos cuesta el doble.
Mi caso no fue la excepción; nuestro primer mes en Londres fue como una montaña rusa; con subidas, bajadas y un poco bastante de caos. Desde el momento de salir del avión con cinco maletas, un coche y Kael, hasta tener que desarmarlas y no saber ni por donde comenzar!
El cambio de hora tampoco ayudó mucho en la primera semana (algún remedio para el jet lag?). Nuestros días empezaban en la tarde y terminaban en la madrugada, y aunque por un lado se hacían más cortos poder dormir era eterno.
Nosotros llegamos el 12 de octubre, justo el día del cumpleaños número dos de Kael. Como Sama había venido unos meses antes nos recibió con globos, torta y velitas que hicieron que nuestro primer día fuera muy feliz:
La primera obra de arte de bienvenida la tuvimos a los pocos días, cuando en un abrir y cerrar de ojos Kael encontró mi esmalte ROJO y lo tiró por toda la alfombra (chau deposito!). Desde ahí los seguros de plástico para puertas y cajones se volvieron parte de la decoración.
Lo bueno, fue que a pesar del desorden, mis nervios y las maletas invadidas en el poco espacio libre él era feliz. Parecía no haberle importando el cambio; estaba más activo que nunca, saltaba y revoloteaba por todos lados marcando su territorio con esa sonrisa pícara y traviesa.
La primera semana nos la pasamos en el Westfield Mall, además de tener la mayoría de tiendas de cosas para casa era lo más fácil de ubicar y de paso aprovechaba ya que teníamos varias cosas básicas que comprar.
Ser peatón tienes pros y contras, si bien hay días en los que sueño con tener un carro, el poder caminar te ayuda (no solo por hacer ejercicio) sino que te permite ver mucho más allá. Al comienzo me movía en un mismo perímetro cuadrado, iba de mi casa al parque, del parque al supermercado y viceversa. Hasta que llega un momento en el que gracias a google maps (o Citymapper que se usa más acá) te arriesgas a caminar cada vez más lejos, subes a buses, metros y empiezas a conocer más la ciudad.
Poco a poco mis dotes ocultos de ama de casa fueron floreciendo. Cocinar era de lo que menos me preocupaba, si bien no lo hacía tan seguido en Lima era algo que desde chica me gustaba. Lo más difícil fue lograr que mi pequeño chuki se quedara quieto mientras trataba de hacer el almuerzo, sin trepar como mono dejando todo hecho un caos (eso seguimos intentando); pero entre IPad, juguetes, algunos cuantos dulces y la silla de comer hemos ido mejorando.
Si no eres muy amante de la cocina, una gran ventaja que tiene este país es que encuentras miles de opciones ricas y fáciles de hacer. Desde comida ya lista que sólo hay que calentar hasta frutas y verduras ya cortadas que hacen que tu vida sea mucho más fácil!
Antes de ser mamá uno tiene mil ideas de lo que quieres y no hacer, y debo reconocer que muchas cosas que tenía en mente terminaron siendo al revés como por ejemplo los aparatos tecnológicos. Hoy están presentes, y aunque tratamos de hacer un balance, muchas veces son las herramientas que más ayudan sobre todo estando sola para poder avanzar (y de paso tener un poco de paz!).
Paredes pintadas, juguetes regados por todos lados, y algunos muchos berrinches se vuelven parte del día a día, y aunque me considero una persona relajada trato también de poner límites. En este sentido, lo que nos ha servido mucho es el efecto acción reacción, donde tratamos de hacerle entender que cada acto tiene siempre una consecuencia (ya sea buena o mala). El famoso “time out” lo usamos cuando se porta mal, se trata de llevarlo a una esquina determinada dentro de la casa para conversar. Además, lo hacemos contar hasta 10 (ahora cuenta también en inglés) y el momento feliz de la reconciliación llega al final con un beso y un abrazo. El muy vivo ya sabe que eso nos conquista y muchas veces se salta los pasos anteriores para llegar al final jaja.
Ahora que entiendo un poco más de los terribles dos puedo decir que sí, es verdad que tienen mucho de terribles, es agotador y aunque a veces pierdas la paciencia el hecho de verlos convertidos en personitas que hablan, ríen, te abrazan y cuando dicen cosas lindas hace que te olvides de todo lo anterior y te explota el corazón.
O soy mama o ama de casa? No puedo hacer las dos cosas a la vez! Es lo que siempre decía, y sin darme cuenta lo que creía imposible se terminó volviendo realidad. No puedo decir que todo está perfecto y no hay día en el que el desorden falte, pero a pesar de mis intentos fallidos donde el orden dura sólo segundos; las renegadas cada vez se vuelven menos, las caminatas son más largas y aprendes a vivir con un coche y un terremotito a la vez.
No hay manual que te enseñe la forma perfecta de ser mamá y muchas veces lo que pensabas que ibas a hacer termina convirtiéndose en lo opuesto, pero en el camino se aprende y te vas sorprendiendo de todo lo que eres capaz de hacer. Y es que es a prueba y error donde encuentras la mejor forma de que esa personita sea la más feliz!
TODDLER: THE CRAZIEST, MESSIEST, MOST INFURIATING, EMOTIONALLY UNSTABLE, UNREASONABLE, FRUSTRATING, TIRING PEOPLE YOU COULDN´T IMAGINE YOUR LIFE WITHOUT ♡
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