Hace seis meses nos mudamos a Londres, una ciudad lindísima, diversa y cosmopolita, llena de cultura, historia y con muchas cosas para hacer y conocer.
No voy a negar que todo el proceso fue dificil y con proceso me refiero literalmente a TODO! Desde el momento en el que llegó la confirmación de que a mi esposo lo mandaban a trabajar fuera empezaron las mil y un dudas e interrogantes…Estaba bien venir? Iba a poder acostumbrarme? Nunca había pisado Europa y a pesar de que todos me decían que Londres era precioso y que era una suerte venir una GRAN parte de mi se quería quedar en Perú.
Lo que más me aterraba era la idea de ser mama 24/7. Cómo iba a hacer sola con Kael? (mi chucky de 2 años). Estaba acostumbrada a trabajar y tener ayuda, nunca faltaban manos para cuidarlo (grandes abuelas que nos solucionan la vida!) , y sabía que iba ser muy diferente estando allá; eso era lo que más angustia me daba. Mi vida iba cambiar por completo...si bien una parte de mi estaba feliz porque siempre había querido estar más tiempo con Kael, como uno siempre quiere lo que no tiene me vinieron las mil inseguridades de no saber si iba ser capaz manejar la situación y sobre todo de poder hacerlo bien.
Lo que más cuesta de irte lejos es desprenderte de las cosas, estamos acostumbrados a una rutina y muchas veces salir de tu zona de confort es lo más complicado. . . No sólo nos cuesta dejar algunas cosas materiales que son parte de nuestra rutina y que muchas veces nos hacen la vida más facil (como extraño el ascensor!) sino también cuesta y MUCHO dejar lo personal. Nada se compara al hecho de separarte fisicamente de la gente que quieres; familia y amigos que no vas a dejar de extrañar y que es imposible reemplazar pero que siempre siempre van a estar.
Hoy después de 6 meses puedo decir que no ha sido fácil, han habido días donde literal me que querido tirar por la ventana (a veces de pasadita tirarlo a Kael también) pero la verdad es que ha sido mucho mejor de lo que pensé. Hemos ido aprendiendo, conociendo y creciendo, cada uno a su ritmo y con unos días mejores que otros; hoy valoramos más las cosas, nos esforzamos tratando ser mejores cada día y consolidamos más nuestra propia familia de a tres.
Así empezamos esta aventura londinense, con altos y bajos, con lluvia o sol pero con la seguridad de que estando juntos el camino será cada vez mejor.
Y como una personita me dijo: no hay decisión buena ni mala, siempre lo que elijamos va ser la mejor opción.
THE BEST IS YET TO COME!
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