Si hay algo que extraño todos los días es la comida peruana! No hay nada como un buen plato criollo lleno de sabor seguido de ese dulcecito final infaltable!
Mi postre favorito del mundo son los alfajores, sólo pienso en ellos y se me hace agüita a la boca (ahorita podría comerme 10 y no exagero!). Pero si voy a romper la dieta la rompo bien! (en verdad eso pasa muy seguido), pero en esto soy un poco exigente así que no puede ser cualquier alfajor. Para mí el alfajor perfecto es ese que tiene la masa dorada y crocantita, y el requisito clave es el relleno de mucho MUCHO manjar casero hecho en olla.
De hecho en Lima tengo mis sitios claves donde iba muy seguido, sobre todo los fines de semana buscando alguna excusa para salir a pasar y de paso calmar mis ansias locas de azúcar (La Postería Café, Amor helado y Alzo son para mi de los mejores).
Ahora viviendo fuera me las he tenido que ingeniar para combatir esos antojos terribles que vienen muy seguido para la mala suerte de mi intento de dieta. Lo bueno, es que encontré una receta fácil de hacer y la verdad que quedan tan ricos que siempre que invitamos gente a comer están ahí presentes. Duran tan poco que es la mejor señal de que salieron bien!
Además, Kael al parecer sacó el amor al dulce de su mamá, no sólo los come feliz y los disfruta tanto como yo sino que también es una manera de divertirnos juntos ya que me ayuda a hacerlos y juega feliz con la masa.
Y bueno en vez de seguir con antojos les dejo esta receta que me mandaron en mi desesperación al dulce peruano. Es de Sandra Plevisani y en verdad es DEMASIADO RICA y muy fácil de hacer:
Ingredientes:
Masa:
- 1 ½ taza de harina preparada
- ½ taza de maicena
- 225 grs de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 8 cucharadas de azúcar en polvo
Manjar blanco:
- 1 lata de leche condensada
- 1 lata de leche evaporada
Procedimiento:
Para hacer la Masa:
Mezclar todos los ingredientes hasta que se forme una masa compacta (es una especie de plastelina que sirve también para entretener a los chiquis). Una vez lista la masa la forras con papel film y la metes a la refrigeradora por media hora como mímino (puede ser más si quieres).
Precalienta tu horno a 180ºC (350ºF o 6 si es a gas como en mi caso)
Extiende la masa sobre una superficie plana y enharinada. A mí me gusta que la masa sea delgada así que trato de estirarla bastante pero ya depende el gusto de cada uno!
Para que no se te pegue échale un poco de harina al rodillo y vas haciendo los círculos o la forma que prefieras.
Mete las masitas en el horno hasta que veas que estén doraditas, ten cuidado y anda revisando para que no se quemen. En mi caso demora de 10 a 15 minutos como máximo.
Manjar:
En una olla de fondo grueso y lo más grande que puedas para que se haga más rápido mezcla las dos leches. A fuego lento y con una espátula remueve constantemente, vas a ir viendo cómo cambia de color y textura. Cuando se empiece a ver el fondo de la olla y tenga una textura consistente es que ya está listo.
Deja que se enfrié un poco para que no te quemes y échale una buena cantidad de manjar en las masas (se muy generoso en esta parte).
Al final espolvorea azúcar impalpable con un colador para que se vean lindos.
Y listo, ahora llegó el momento preferido: A COMER Y DISFRUTAR!!!
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